martes, 21 de abril de 2015

Los pilares básicos para un cristiano.

Hay cuatro columnas esenciales sobre las que se apo­ya cualquier espiritualidad cristiana sana. Estos son desafíos es­pirituales prescriptos de manera universal y Cristo los reveló como los elementos no negociables de la vida cristiana. ¿Cuáles son?
En un momento de su ministerio, Jesús especifica tres componentes claros de la vida cristiana: la oración, el ayuno y la limosna (Mateo 6). Para Él, éstas eran las columnas de la vida es­piritual. Sin embargo, debemos entender estas prescripciones tal como Jesús las significa. Para El, la oración no era solamente la oración privada, sino también observar los mandamientos y re­zar en común con otros. Ayunar quería decir un ascetismo muy amplio que incluía el ascetismo de vivir una vida de gozo; y dar limosnas incluía no solamente la caridad sino también la justi­cia.
Examinando todo esto, vemos que Jesús prescribió cuatro cosas como la praxis esencial de una vida espiritual sana:
La oración privada y la moralidad privada.
La justicia social.
La calidez (compasión, ternura) del corazón y el espíritu.
 La comunidad como un elemento constitutivo de la verdadera adoración.
Para Jesús estos cuatro elementos incluyen lo esencial, lo no negociable de la vida cristiana. No se trata de elementos que podemos elegir o no para incorporarlos en nuestras vidas espirituales. Constituyen la esencia de la vida espiritual. Tam­bién le brindan su equilibrio. Estamos sanos como cristianos y como seres humanos solamente cuando los cuatro están presen­tes en nuestras vidas. ¿Qué cosas abarcan, específicamente, cada uno de estos?
Antes de pasar a examinar cada uno en detalle, corres­ponde hacer una digresión. Freud dijo en cierta oportunidad que si uno quiere comprender bien algo debe mirarlo de cerca. cuando está roto. Con esto en mente, examinemos una serie de historias en las cuales la salud de la vida espiritual, tal como Cristo la prescribió, ha sufrido quebrantos y está rota. ¿Cuál es el aspecto de una espiritualidad rota? Siguen a continuación cuatro historias, cada una de las cuales nos permite encontrar­nos con un cristiano que, siendo totalmente sincero, es de algún modo parcial y carece de equilibrio, porque le falta una u otra de estas columnas no negociables de la espiritualidad cristiana.

Este texto anónimo trata de explicar los pilares básicos que debería poseer cada cristiano. 
Al igual que lo que opina Cristo, hoy en día también existen unos pilares básicos en la vida de las personas. Por desgracia, estamos viviendo un momento trágico en España, y, por lo tanto, la limosna que nombra, no es tal. A las personas de hoy en día, les interesa más su propio dinero que tener que repartir-lo a otra que no lo tiene y con respecto a la justicia, actualmente en España no es algo de lo que nos sintamos orgullosos, ya que no existe justicia en nuestro país. Por poner un ejemplo, si una persona mata a alguien le pueden caer entre 20-30 años de cárcel, si no es famoso, pero si alguien le roba una gallina a otra persona para poder comer, la justicia lo condena a 5 años de prisión. ¿Justicia?  No tenemos muy claro ese término. Una de las cosas que sí se sigue llevando a cabo es el ayuno, para Jesús no sólo era no comer en ocasiones, sino que era disfrutar de la vida. Actualmente, las personas intentamos disfrutar de nuestra vida al máximo, ya que puede ocurrir cualquier circunstancia que lo interrumpa, uno de los ejemplos claros es la enfermedad del cáncer o los accidentes, que están tanto de moda en nuestro mundo últimamente. Otra de las cosas que cada vez se ve menos en nuestro país es la importancia a la religión: las personas ya no participan apenas en un culto, no les interesa la religión, no creen en un dios, etc.
Como conclusión, deberíamos reconocer que todo lo que Cristo nos propuso hace ya unos cuantos años no se está llevando a cabo, ya que él mismo nos dice que estos son los cuatro pilares básicos que toda persona debería tener, y no elegir como es nuestro caso. Actualmente cada persona elige si le interesa una cosa o la otra. Por lo tanto, al igual que se cita al final del texto, en la actualidad las personas carecemos de un equilibrio ya que, por una razón o otra, nos falta alguna de las cuatro cosas del praxis esencial. 
“Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” (Mateo 6:7,8)

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